Hay días que no importa si el café se enfría, si el pan es de hoy, si llueve y tengo que acordarme de coger el paraguas, si me ha despertado el vecino con su portazo diario de las 7 de la mañana...
Hay días en los que todo esto deja de importar y en lo único que pienso es que ya no volverás a estar con nosotrxs entre patas, no volverás a gruñir, dentro y fuera de escena (sí, eras un gruñón, nuestro querido gruñón), no volverás a comprarle velas a Rosa, ni volverás brindar por María y Laura, no volverás a tirarte por el suelo con "la Ardanaz", ni a discutir con Cristina. Ya no te tocará el timbre Txiki para llevarte de vinos, ni liarás cigarros para Josu. Te echarán de menos en los bares del whisky, en los bares de la prensa diaria, en los caminos de la Taconera.
La Tula te espera, eso seguro, para acompasar sus pasos a los tuyos y, juntos, volver a pasear.
Te echaremos de menos, Joxepe, querido ogro.
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